Extractos de conferencias incluidas en el libro
CONFERENCIA ARMAS PARA DEFENDERSE
Resolviendo todos los problemas que me iba deparando la vida adquiría las técnicas que me han permitido no solo mantenerme en mis negocios, sino imprimirles la dinamia que tanto se necesita en estos días. A ustedes todos, y especialmente a los que ocupan puestos de mayor responsabilidad, quiero dirigirme con la seguridad que me da la fe, para plantar en sus mentes esta semilla de filosofía de triunfador, con la esperanza de que la cosecha sea abundante y de buena calidad.
Poco a poco fui descubriendo las cartas del triunfo. Pacientemente fui coleccionando lo mejor y con determinación las fui adoptando. Hoy quiero darles a ustedes estas cartas convertidas en armas para que las usen en la dura lucha que diariamente libran con la vida.
CONFERENCIA IMPARTIDA EN EL CLUB DE UNIVERSITARIOS
Cuando los planes de trabajo han sido bien diseñados y el personal sabe lo que debe hacer, entonces está la empresa lista para emprender con éxito el viaje en el mar de la empresa privada. El planear ese viaje es importantísimo. El planeamiento puede ser la diferencia entre éxito y fracaso. Entre llegar al puerto de destino o no. Por ejemplo: tomemos un barco bien acondicionado, nuevo, capaz de navegar por meses y meses, porque tiene un buen capitán y una buena tripulación. La ruta ha sido bien trazada en el libro de bitácora y lleva buena provisión de alimentos a bordo. Yo estoy seguro de que ustedes convienen conmigo en que, 9.999 veces de 10.000, ese barco llega a su destino.
Pero tomemos el mismo barco, igualmente equipado, pero no pongamos ni capitán ni tripulación al mando, solamente encendamos las máquinas y dejémoslo ir: ese barco, si logra salir del puerto, se hundirá o arribará a cualquier costa desierta, es decir, será un barco perdido. Esto es lo que ocurre a las empresas que se organizan con gran entusiasmo, con suficiente capital, pero cuyos directores olvidan «planear el viaje», observar la ruta trazada y mantenerse en contacto con su personal.
Resolviendo todos los problemas que me iba deparando la vida adquiría las técnicas que me han permitido no solo mantenerme en mis negocios, sino imprimirles la dinamia que tanto se necesita en estos días. A ustedes todos, y especialmente a los que ocupan puestos de mayor responsabilidad, quiero dirigirme con la seguridad que me da la fe, para plantar en sus mentes esta semilla de filosofía de triunfador, con la esperanza de que la cosecha sea abundante y de buena calidad.
Poco a poco fui descubriendo las cartas del triunfo. Pacientemente fui coleccionando lo mejor y con determinación las fui adoptando. Hoy quiero darles a ustedes estas cartas convertidas en armas para que las usen en la dura lucha que diariamente libran con la vida.
DISCURSO CON LOS AGENTES
En cualquier empresa en que el hombre se desplaza debe y tiene que haber administración. Cada uno de ustedes en su negocio es un administrador, es un administrador de su negocio. Es un hombre que tiene la obligación de saber cómo debe comportarse en su negocio para conducir ese negocio hasta el éxito. El éxito, señores, que no es suerte. El éxito, que es hijo legítimo directo del trabajo, de la devoción, de la energía que ustedes o el hombre que está frente a su negocio pone en el desempeño de su negocio.
Porque mi organización, señores, en la que toda esta gente trabaja, en la que cada uno de nosotros produce con sinceridad, recibe de la organización parte de la producción para vivir tranquilamente. Ustedes, como representantes de nuestra firma en sus respectivos departamentos, quiero que tengan el más completo y amplio concepto, señores, de que trabajan con una firma que los va a respaldar en todo momento en todo lo que sea necesario y cuando sea la oportunidad.
MODERNO CONCEPTO DE LA EMPRESA PRIVADA Y SUS RELACIONES HUMANAS
Cuando hablo de lo que el hombre puede lograr en el campo de los negocios en cualquiera de sus ramas, siento que la sangre fluye con rapidez en mis venas y que adquiere un calor estimulante, probablemente porque ardo en entusiasmo al solo pensar que los hombres podemos alcanzar lo que nos proponemos si situamos en nuestro corazón y en nuestra mente la fe y el propósito sincero de realizar nuestros anhelos.
Y el primer paso para lograr el desarrollo económico del pueblo es educarlo, es instruirlo, porque un pueblo educado e instruido es un pueblo consciente, y un pueblo consciente es responsable, honrado, capaz y eficiente a la par que digno. Si los hombres de la empresa privada pensamos así, ¿qué nos impide lanzarnos con los brazos tendidos hacia el porvenir, con el corazón rebosante de confianza y de plena satisfacción, y darle a nuestra Nicaragua todo nuestro apoyo para que logre esos beneficios?